Audífonos

Audífonos, culpables de ésta fría situación.

Una situación en la que de un mundo escapas 

a otro ignorando completamente al real.

¡Qué momento para más desesperante! 
tú y yo, ambos con audífonos, no hablamos nada

a causa de ello. Es ahí cuando me doy cuenta que 
te extraño más aun teniéndote a mi lado

sin poder decir ni una sola palabra.

Es bueno encerrarte en un mundo donde existan
sólo tú y tu música, ya que olvidas cuan

jodido está éste mundo, pero se torna malo cuando
no hay comunicación entre nosotros.

Acaba de pasar una hora y seguimos escuchando música.
¿Qué carajos? ¿Es tan difícil hablarnos? Seguiré esperando...

¡Acaba de pasar media hora más! decidí quitarme los putos audífonos
-me cansé de estar en ese mundo irreal en el cual no estás-
para así poder al menos escuchar el más mínimo detalle.

Empezamos a sentirnos tristes.
Cada paso que damos nos distancia más 

(y eso que estamos "caminando juntos").

¡Por fin llegamos a nuestro destino!
Empiezo a creer que seguiremos en mundos distintos.

Repentinamente te quitas los audífonos y me abrazas
pidiéndome que también te abrace.

Obviamente lo hice y con todas las ganas del mundo, 
¿cómo no querer hacerlo?.

En nuestro tierno y caluroso abrazo me dijiste "te quiero"
(¡un te quiero sincero que salió de tus dulces labios por cierto!)

el cual fue todo lo que necesitaba.

Y es así como hiciste de nuestros alejados mundos

una perfecta coalición de amor.

Coalición que hizo de mí el mismo que te adoraba hace tres

horas pero que ahora te adora más.